Estoy desde el principio de los tiempos habitando la mente de todos los poetas. Todos me temen, aunque hay un momento en que todos me aman y acuden sumisos a mi puerta. Y a mi poder agradecidos se someten. Y los acojo para la eternidad en mi seno. Para tu bien y el de la vida por tu suerte, en mi vendrás a descansar, soy tu destino, reconóceme, soy la muerte.         CONCHA BELMONTE         junio de 2.016

        Tu voz suena en mi oído como las gotas de la lluvia mansa que refresca y no cansa, que consuela y   encanta, que no requiere abrigo, y le pones la cara, te la bebes a gotas y te alivian el alma.   Tu voz suena en mi oído como un coro de Ángeles. A notas de guitarra, a canciones de amor, a rumor de las olas allá en la madrugada, al canto de las aves.   Tu voz   suena en mi oído como suena la vida contenta de estar viva, como responde el cuerpo que escapa de la muerte, como suena tu piel al rozar con la mía, como suena la risa de un niño inocente como una melodía oída a cualquier hora por darle paz al alma y volverla más fuerte.   Tu voz cuando me llega me traspasa toda, y me cala de ti hasta los huesos. Tu voz es mi mejor maestro, aprendo más de mí cuando te oigo que cuando estoy a solas y me pienso. Sé que te quiero entero, pero tu voz es el mayor tesoro que poseo. ...

          A AINHOA Recuérdame amor cuando de mí estés lejos, cuando tu corazón me añore, cuando sientas la vida ponerse cuesta arriba, cuando estando dormida busques mi mano como cuando eras niña y te sentías perdida   en medio de la noche. Recuérdame amor, que allá donde estés, si   tú me necesitas,y me llamas con fe, esté yo muerta o viva, a tu lado estaré. Amor recuérdame.       CONCHA BELMONTE       noviembre de 2.019

      Me muero de dolor porque te estoy matando, yo que te quiero tanto soy para ti un veneno que tú bebes con sed a tragos largos y no puedo morirme porque si yo me muero, sé que te mato.       CONCHA BELMONTE         febrero de 2.020

      Estoy a solas con mi noche, en medio de mi vida que no termina de situarse, de encontrar acomodo, de decidir caminos, y me paro a pensarme. Y mientras pienso me salgo de mí misma por verme desde fuera por si me reconozco. Aun a oscuras sé lo que me rodea y empiezo a hacer recuento de mis tesoros, con la codicia de un viejo avaro, y voy tomando nota. Una legión de Ángeles, menos de once mil vírgenes, pero más que en un templo, un Cristo abandonado de sus discípulos, una flor seca, un cordón que no ata, un joyero vacío que es una joya, cajas llenas de baratijas que harían las delicias de un chamarilero, caras que me sonríen desde una foto. Ropas, calzado, perfumes mantenidos como recuerdo. Esto, un inventario hecho por no pensarme, forma parte de mí y no soy yo. Por eso aquí me encuentro a solas con mi noche, en mi cama vacía dónde no quiero a nadie, un libro, una canción, una voz amigable que me confía sus penas, el calor ...