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Mostrando entradas de febrero, 2024

ESTOY ABRASADA

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      Estoy abrasada, de amor, de dolor, de muerte, de olvido, de pena, de rabia, de opaca tristeza. Estoy abrasada, de un frío que quema, de un fuego que hiela, de manos ausentes, de besos mentidos. Estoy abrasada, de deseos negados, de noches perdidas, de ríos revueltos, de nieblas. Estoy abrasada, de antiguas renuncias y renuncias nuevas, de sueños frustrados, de mares en calma. Estoy abrasada.                   CONCHA BELMONTE                  octubre de 2.014

ESTOY DESDE EL PRINCIPIO

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  Estoy desde el principio de los tiempos habitando la mente de todos los poetas. Todos me temen, aunque hay un momento en que todos me aman y acuden sumisos a mi puerta. Y a mi poder agradecidos   se someten. Y los acojo para la eternidad en mi seno. Para tu bien y el de la vida por tu suerte, en mi vendrás a descansar, soy tu destino, reconóceme, soy la muerte.         CONCHA BELMONTE         junio de 2.016

TU VOZ EN MI OÍDO

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    Tu voz suena en mi oído como las gotas de la lluvia mansa que refresca y no cansa, que consuela y   encanta, que no requiere abrigo, y le pones la cara, te la bebes a gotas y te alivian el alma.   Tu voz suena en mi oído como un coro de Ángeles. A notas de guitarra, a canciones de amor, a rumor de las olas allá en la madrugada, al canto de las aves.   Tu voz   suena en mi oído como suena la vida contenta de estar viva, como responde el cuerpo que escapa de la muerte, como suena tu piel al rozar con la mía, como suena la risa de un niño inocente como una melodía oída a cualquier hora por darle paz al alma y volverla más fuerte.   Tu voz cuando me llega me traspasa toda, y me cala de ti hasta los huesos. Tu voz es mi mejor maestro, aprendo más de mí cuando te oigo que cuando estoy a solas y me pienso. Sé que te quiero entero, pero tu voz es el mayor tesoro que poseo.     ...

LA PESADILLA

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      Igual que un agua fluye tranquila   de un oculto venero entre dos piedras, fluye la sangre que mana de mi herida, tibia, y espesa, ausente de la carne que alimenta tan mal alimentada que se cae de bruces. Se transparenta como la triste túnica de una muerte que vino a morir sola al pie de una reja oxidada y el moho que la cubre. Y   la herida se cierra poco a poco y deja de sangrar, se va recuperando y vuelve mi carne a su color, a dar calor a la vida que sostiene mi cuerpo.   El dolor del cuerpo reproduce en el sueño lo que padece el alma cuando vive intranquila. Me despierto, fin de la pesadilla, me voy a la cocina, me tomo mi café y empieza un nuevo día igual que todos los demás, y como en un tío vivo la rueda gira para empezar de nuevo.   CONCHA BELMONTE     octubre de 2.021

PAZ INTERIOR

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                                  Quisiera estar eternamente amando, y no quejarme nunca del destino, quisiera sólo ver lo bueno del camino, porque lo malo, ya se irá pasando.   Así, a los que me quieran, ayudando, y a los que no me quieran me imagino que podré perdonar, ya que me inclino a pensar que con amor, terminaré ganando.   A los que me quieren, quiero corresponder; a los que no me quieren, nada les pido, si han de ser, que sean, pero lejos de mí,   fuera de mí rencores, con amanecer que todo lo llene de fulgor vivo, y que de la mano me lleve hasta el fin.           CONCHA BELMONTE         noviembre 2.007