En las cuatro paredes que me contienen a mí y mis recuerdos, existe mi universo, un universo pequeño y recogido, casi una nada que es mi todo, donde tengo mi cuerpo confinado a la fuerza entre estas paredes, ansiando volar alto con las alas del alma a regiones más nobles, a regiones más limpias, donde no duelan tanto las miserias de ahí fuera, esas grandes miserias de los que se ven grandes, esas miserias tristes, por ser miserias de la gente pequeña y miserias nacidas del egoísmo de grandes y pequeños, pegados al error de creer sólo tener derechos. Y ni siquiera piensan que los derechos nacen   porque debemos cumplir obligaciones, todos. Y desde este retiro y el alma dolorida, mirando al cielo, a Quien competa darlo, pido perdón, por mí y por vosotros.     CONCHA BELMONTE   mayo de 2.020  

     Para amar y vivir te llevaré a la luz. El fuego de la Tierra, serán luz y calor en tanto nos amamos. Desde el cielo infinito, la luz del sol y de miles de estrellas nos dejarán amarnos. En esta vida, seguir nuestro camino, aceptando fielmente lo que marque el Destino, para morir, que nos consuma el fuego de la Tierra, para vivir, el sol que nos alumbra nos dé su bendición.   CONCHA BELMONTE       octubre de 2.016  

          Tu limpia mirada puesta en la mía, mi mano en la tuya, pura delicia, el calor de tu piel calentando mi vida, el beso mañanero que me das cada día, caminar enlazados con la alegría de un paseo por el parque y la caricia del aire de la tarde que nos presta su brisa, una mirada al Cielo de alma agradecida que se sabe colmada de tanta dicha.   Es la forma de hablar sin usar la palabra de dos almas unidas por amor y poesía, y ese encuentro tenido sin haberlo buscado sólo porque el Destino nos lo haya regalado como un premio querido y bien logrado. Recordar al Destino que pusimos trabajo para tenernos y mantener nuestro diálogo de almas enamoradas con sueños de armonía pues tenemos la puerta y   llave que la abra.     CONCHA BELMONTE    Marzo de 2.024  

      Soy porque te estremeces cuando me sueñas, y me vas dando forma y me vas dando esencia. Cuando tu sueño gira, giro contigo, me dibujas la boca para besarla y tu aliento me abrasa igual que un fuego. Tu mano me dibuja los senos como dos copas llenas del mejor de los vinos. Mientras baja tu mano dibuja mi cintura, y por mi vientre abajo llenas mi sexo de tu loca lujuria que enciende el Universo. Y cuando te despiertas desaparezco. Ya no soy nada, me desvanezco, y deshecha, flotando quedo, hasta el próximo sueño.       CONCHA BELMONTE    julio de   2.022

   Tanto me dueles tú por llevarte tan dentro, que siento que me dueles en todo el cuerpo y sobre todo dueles a mi pobre corazón que es tu aposento, y sufre la torpe sinrazón de llevar este peso de acoger en él tu amor, y en forma desmedida me ruge de dolor por la sangre que brota de esta herida que se mantiene abierta y nunca cicatriza.   Tanto me dueles tú.     CONCHA BELMONTE,      septiembre de 2.021