PLAYA DE LOS DESENGAÑADOS
Me
has ofrecido a manos llenas
Lujos
que ni queridos, ni soñados
Y
sin embargo de ti sólo me has dado
Ausencias,
disculpas y un mar de penas.
Para
dar fuerza al alma me recosté en la arena
De
la playa que acoge a los desengañados
De
deseos sin cumplir muy trabajados
Con
paciencia, con fe, con actitud serena.
Me
arranqué el corazón porque no viera
Que
querías comprarme con dinero
Lo
que no tiene precio ni está en venta.
Sin
corazón no hay arma que me hiera
El
espacio de este jardín sin jardinero
Al
que nadie tendrá que pedir cuentas.
CONCHA BELMONTE, marzo de 2.019
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