AMANECER

El sol llovía su amanecer sobre los campos, Al nuevo día la alondra regalaba sus trinos. Mientras tú y yo enlazados, Como dos tallos de la misma liana Vivíamos la ilusión del tiempo detenido, Sin comprender que el tiempo no se para. Nosotros nos paramos y nos perdimos. Vive la vida amor, que nada te detenga. Por si las necesitas, aquí estarán mis manos Para endulzar tus penas. CONCHA BELMONTE, noviembre de 2.015