LOS MALOS BESOS
Hay besos que nacen con sabor a olvido
y que van malviviendo por entre los rincones
de amores condenados.
De amores a los que se negó el futuro
por falta de deseo de mantenerlos vivos.
Y hay besos amargos, besos de despedida
cuando no quieres irte, en los que va quedando
el alma tan herida, tan llena de dolor
y de nostalgia anticipada, que los labios
se niegan a separarse de la piel amada.
Y hay besos hipócritas, los más dañinos,
que producen heridas que rasgan como púas,
que queman cuanto rozan, que dan escalofrío,
porque esos tristes besos, sólo tienen su sitio
en los labios de Judas.
CONCHA BELMONTE, junio de 2.009
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