TUS OJOS
Tus ojos dos brasas o luceros
me iluminan en medio de la noche, y su fuego,
pone en mi vida razones para querer vivir.
Si tus brasas se apagan, no tendré mis luceros,
sola en la oscuridad, y sin ver el sendero
y sin tabla dónde poderme asir.
Aún a oscuras la buscaré como hace el marinero.
Pero si tus brasas renacen y tengo luz de nuevo
me izaré a cualquier nave para sobre cubierta resurgir,
y agarrando el timón y enderezando un rumbo cierto
para esa nave que puede ser la de mis sueños
y con él bien dispuesto logre nuestro futuro descubrir.
Sin importar cuánta sea la fuerza de ese viento,
ya que lo nuestro es navegar, juntos navegaremos
y la luz de tus ojos seguirá siendo mi razón de vivir.
CONCHA BELMONTE, abril de 2.019
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