A UN DIOS CUALQUIERA
Es llegado el momento
de reclamar a un dios particular
o a quién sabe qué dioses
a los que siempre hemos servido,
que nos dejen de usar como juguetes,
que ya nos duele el alma de tanto zarandeo
sin siquiera tener una parte en su historia.
Queremos que nos reconozcan, al menos el derecho,
de poder convertir el dolor en desmemoria.
Y que si sólo para juguetes nos usaron,
advertir a esos dioses tiranos
que para ellos llegará la rebelión
de los esclavos.
CONCHA BELMONTE
julio de 2.015
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