SIEMPRE A MI ANTOJO

Amo la noche que siempre me trae tu recuerdo, ese que nunca ha sido. Donde entras y sales siempre a mi antojo. Tu recuerdo, casi siempre gozoso; aunque a veces, tu recuerdo envejece como el viejo marino que añora el mar, y ese sueño gozoso, resbala mi pensamiento abajo para acabar hundido en el mar del olvido. Pero no me entristece. Porque contigo, aunque tú no lo sabes, lo he tenido todo y todo lo he perdido. Y te aseguro que me valió la gloria el haberte tenido. CONCHA BELMONTE marzo de 2.016