EL VIENTO DE LA MENTE

 

HOY ES DOMINGO

 

Hoy es domingo en lunes por la mañana. Ayer fue día de elecciones municipales, y servidora, fue a votar como buena ciudadana, pero eso no me impidió hacer mi reflexión semanal, ayer también llegó la noticia de la muerte de Antonio Gala. Esta muerte de una figura señera de la cultura andaluza  a nivel mundial del siglo XX, y entendiendo que todo lo que nace ha de morir, máxime que Gala ha muerto con noventa y dos años, una edad bastante longeva, no quita la tristeza de decir adiós a una mente creativa superior y saber que su obra queda en lo hecho por él hasta ahora. Para el recuerdo nos queda para siempre lo mucho y bueno que nos deja de herencia. Me quedé en la más absoluta desgana de ponerme a escribir, cerré los ojos, y en mis adentros, repasé las lecturas que me han proporcionado sus novelas, su poesía, sus artículos y algún que otro encuentro con su persona, siempre enriquecedor en cualquiera de sus formas.

No soy muy propensa a dejarme llevar por la apatía, así que cuando buenamente pude recomponerme, ya estaban los medios de comunicación bombardeando con los recuentos de las elecciones municipales, y con la mejor expresión taurina, aquello de que Dios reparta suerte, me puse a escuchar y ver lo que la caja tonta, y sus listos periodistas, nos iban ofreciendo sobre los resultados. Por suerte esta mañana he despertado menos curiosa y sobre todo menos comprometida con ganadores y perdedores. Por supuesto que acepto aquello de que toda persona tiene sus ideas sobre las mejores o peores formas de gobierno, incluida yo, pero esto no es óbice para reconocer que hasta las personas más horadas dedicadas a la política pueden cumplir sus promesas electorales, porque lógicamente las circunstancias influyen más que la voluntad de cumplir a cualquiera. Y dicho esto habrá que esperar cómo se comportan los vencedores y los perdedores. Y vuelvo a repetir, que para todos los gobernante y gobernados, aquello de que Dios reparte suerte. Dentro de seis días sí que será domingo de nuevo y simplemente esto nos haga razonablemente felices o casi.