Desde el vientre de mi madre has sido siempre mi compañero y te he sentido junto a mí desde el primer momento. Vives agarrado a mi alma, que es tu morada más segura. Por estar tan cerca sabes antes que yo de mis tristezas, y siempre me acompañas, con la misma dulzura que compartes conmigo los mejores momentos de alegría. Me has enseñado a mirar apasionada al cielo, al mar, a la tierra y sus criaturas y tu luz me señaló el camino. Me haces creer que junto a ti todo va a estar resuelto   porque mi gusto siempre va a ser el tuyo. Y lo que decidimos ambos sabemos que es mi Destino. Cuando ves que una pena me puede, me coges de la mano, me llevas al espejo, con tu mano suave curvas mis labios para que en su reflejo contemple   mi sonrisa, mientras que de tus ojos brotan chispas de luz. Y yo, pequeña y confiada, te sonrío sin esfuerzo, porque sé que contigo todo será armonía, y respiro hasta el fondo todo el aire que has...

      Miro dentro y fuera de mí y no te encuentro. Sé muy bien que ya no estás. Adonde te has marchado nadie vuelve, de esa lejanía tan cercana, nadie vuelve. No vamos a engañarnos,   para qué? ni tú quieres volver, ni yo quiero que vuelvas. Pero te pienso, aunque mientras te estoy pensando, hasta tu imagen cambia. Y cambia tanto que no te reconozco. No sabes siquiera que me estás ayudando mientras te pienso, y qué más da? para mi suerte te vuelves un extraño.       CONCHA BELMONTE        agosto de 2.017

      Es llegado el momento de reclamar a un dios particular o a quién sabe qué dioses a los que siempre hemos servido, que nos dejen de usar como juguetes, que ya nos duele el alma de tanto zarandeo sin siquiera tener una parte en su historia. Queremos que nos reconozcan, al menos el derecho, de poder convertir el dolor en desmemoria.   Y que si sólo para juguetes nos usaron, advertir a esos dioses tiranos que para ellos llegará la rebelión de los esclavos.         CONCHA BELMONTE           julio de 2.015

        Si una mañana te despiertas sonriente y sabes quién provoca tu sonrisa párate y disfrútala, no tengas prisa, como contemplas el río y su corriente.   Si una mañana por fortuna, reluciente tu melena movida por la brisa te acaricia la frente con precisa ilusión de saber tu vida floreciente.   Levanta la mirada al cielo y agradece al Destino que te dio la enorme suerte de contar con quién te haga sonreír.   Que sonreír, si la sonrisa te parece un regalo del cielo y te convierte en dueña de tu historia, déjala salir.       CONCHA BELMONTE         diciembre de 2.019

    No quiero soñar despierta quiero dormir y soñar y cuando duerma la siesta tener sueños de verdad.   Despierta sueño contigo no lo puedo remediar y no te quiero de amigo que me vuelvo a desvelar.   Viéndote como enemigo porque no sabes amar no sé qué quieres conmigo si yo lo que quiero es dar.   Mi corazón sufre tu castigo doliendo a no poder más y entre suspiro y suspiro no lo quieres consolar.   Porque lo tuyo mi amigo es recibir y no dar y miras como enemigo a quien no te puede amar.   Y no quieres aceptar que si no lo has merecido no te van a regalar un premio en vez de un castigo.   CONCHA BELMONTE     noviembre de 2.021       publicado el 26 de noviembre de 2.021   publicado el 26 de noviembre de 2.023