NOCHE Y DÍA
Miles de noches viniste a mí en los sueños
a robarme el descanso,
a beberte mis versos,
a devorar mis ansias,
a acariciar mi pelo,
a consumir mis fuerzas,
a romper mi silencio,
a mitigar mi llanto,
para marcharte luego cuando apuntaba el día
jurando que en la noche y el sueño volverías.
Yo dibujé tu cuerpo y esculpí tu figura,
yo te sembré de dones de amor y de hermosura,
yo hice florecer en tu boca la sonrisa,
aunque sólo en los sueños, nunca en la vida.
Y por esta injusticia no tengo paz de noche
y en una guerra absurda
se van desenvolviendo tan despacio mis días.
CONCHA BELMONTE
junio de 2.019
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