En esta tarde de soledad buscada por fin he comprendido que cada día hay que prender la llama si no quieres que te envuelva el olvido   me asomé a tu recuerdo como otras muchas veces y descubrí de pronto que hoy ya no me dueles   quien me lo iba a decir cuando te fuiste hundida en el dolor del abandono y hoy al mirar atrás te vi en un pozo y no me importó nada   me pregunté dudosa si es que de mi te acuerdas y pensando, pensando,   me he contestado mejor será que me haya olvidado y quede yo segura de que no vuelvas.     CONCHA BELMONTE     febrero de 2.020

     Me enviaste un poema atado al tallo de una rosa, las espinas del tallo rasgaron el papel y no pude leerlo. Esas espinas, cómo al papel de tu poema, me hicieron daño convertidas en el indicio de un mal presagio. Aun guardo los restos de papel de aquel poema que no supe leer en su momento,   que   marcó la distancia entre tú y yo porque aquellas espinas abrieron una puerta que aunque crucé con miedo, me señaló un camino que he seguido fielmente. Pero me dueles, aun me sigues doliendo aunque te dije adiós. Y me entregué a la muerte sin dolor y sin lágrimas. Fue mi muerte elegida, pero sigue doliendo caerme de tus manos para morir, y a la muerte o le abres los brazos o ella calladamente te agarra por detrás y te lleva a ese sitio donde lleva a los vivos y allí se quedan toda la Eternidad.   He decidido que aunque esté muerta seguiré vigilando por ver si resucito y mi muerte y tu ausencia sólo fue un sue...

   En la noche malagueña se va escuchando a lo lejos un rasgueo de guitarra y en sus cuerdas van sonando unos muy floridos versos que están formando cantares para que los cante el pueblo. Y Málaga, la reina mora se recuesta en la Caleta a oír la copla que la enamora cantada por un guapo malagueño trinitario, o victoriano, quizás sea del Palo, o tal vez sea un perchelero flamenco porque la sabe cantar con muchísimo salero. Quien escribiera los versos y su arte de poeta quiso hacerle un homenaje a esta Málaga más Bella, vista desde Gibralfaro que siempre mirando está a ese pedazo de mar que es nuestro Mediterráneo.          CONCHA BELMONTE         agosto de 2.024    

      “Quiero escribir y el llanto no me deja”     Quiero escribir y el llanto no me deja, en papel en blanco caen mis lágrimas surcos salen de dolor y de lástima, corre el llanto y el papel se queja.   Detengo un suspiro y el aire se aleja, la muerte, sombra agarrada a las ánimas fugaces, y lisas como láminas,   me saca del camino y pone rejas.   yo a pesar de todo me empeño en escribir aunque el llanto me nuble este sumo placer y la dicha de hacer los versos huya,     soy libre de hacer versos y decidir el crear un poema y darlo a conocer o llorar en el papel y el llanto lo diluya.       CONCHA BELMONTE        febrero de 2.018  

        Tu recuerdo acaricia mi ensueño, me dejo en él acunar estremecida en un recuerdo roto como herida de una mano cruel de avaro dueño   equivocado y envidioso de mi sueño dejando mi alma   triste, resentida de no hallar en el sueño su medida sin tener que morir en el empeño   por mucho que se empeñe el ensueño no voy a consentir que me   desviva quiero ser libre sin trabas ni dolor   si decido vivir quiero estar viva y sentir la caricia de mi sueño como mano que acaricia un bello amor.     CONCHA BELMONTE     diciembre de 2.021