YO SOY LA SOMBRA

Como la sombra al árbol, yo soy la sombra del dolor que te nombra y yo me callo. Como la blanca espuma a la ola se agarra me agarro blandamente al fluir transparente del agua y de la espuma, de la hoja de la parra movida suavemente por el aire de la brisa temprana. Por eso en la mañana al saltar de la cama, antes que en el espejo me veo en tu mirada y el día resplandece con el fulgor del fuego de la hoguera cercana a este amor mañanero. Y se calienta el alma antes entumecida por sueños traicioneros que agotaron la noche empapada del frío de horrible pesadilla. Que por fortuna se vuelve humo con el calor del día. Muerta la pesadilla, con el calor del día sigue la vida. CONCHA BELMONTE noviembre de 2.022