EL DESTINO
El Destino me tiene bien sujeta
entre sus garras de fiera,
y como lobo hambriento, me clava
sus colmillos, y desgarra mi alma
sin que le importe nada lo que me duela.
Soy su alimento, pero al igual que el lobo
que sólo por hambre mata, el Destino
me eligió para calmar la suya y no me suelta.
Y no aparta de mí sus ojos que lo ven todo,
cada día me recuerda que soy su prisionera,
y allá donde inocente crea esconderme,
su mirada lo sabe y me viene al encuentro
cada minuto, continuamente, este es mi sino.
Del Destino nadie se escapa, nadie le gana,
ni lo traspasa, ni lo reforma, ni lo detiene.
En su libro todo está escrito.
CONCHA BELMONTE
septiembre de 2.020
Comentarios
Publicar un comentario