LOS ÁLAMOS Y TÚ
Tu voz suena en mi oído
como el viento a través de las hojas de los álamos.
Y al escuchar tu voz,
mi cuerpo tiembla como las hojas de los álamos
movidas por el viento.
Es tu mano en mi hombro lo que me hace entender
lo que sentirá el álamo, cuando sobre su rama
se posa el ruiseñor y le canta
CONCHA BELMONTE
marzo de 2.007
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