LATIDOS HERMANOS
Los días uno a uno se me van escapando
entre dudas y aciertos, en escuchar lamentos
de gente que lamentarse no debiera,
mientras busco remedios para males ajenos
mi corazón que se cae de viejo y de cansado
y no lo tiene en cuenta, se para y se acelera
y pone ilusión y deseos al alcance de mi mano
como hacía anteayer, en un tiempo olvidado,
y es que al corazón intempestivamente,
cuando menos lo espera
se le enciende una
llama porque siente
cercano un corazón que late con él acompasado.
CONCHA BELMONTE
julio de 2.020
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