UN ROSTRO INQUIETANTE
Corona de oro oscuro su cabellera,
el
arco de su ceja, el borde de un abismo.
Agua
profunda el lago verde-azul de su pupila,
y
una nariz hermosa de perfil aguileño,
sobre
un hachazo abierto en la herida sangrante
de
su boca.
Y
un óvalo perfecto que lo recoge todo.
Esa
es la faz del hombre que contemplo
en
la sombra,
Y
al que miro con un escalofrío de miedo
porque
no alcanzo a ver
si
es ángel o demonio.
CONCHA BELMONTE
diciembre de 2.013
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