LAS GOLONDRINAS
viendo pasar golondrinas
sin mirar hacia ese árbol
que las recoge otros días.
Y no miran ni se paran,
han emprendido su marcha
hacia tierras más lejanas
donde el instinto las lleva
al calor que necesitan,
donde Egipto las espera
al pie de templos sagrados
de esfinges y faraones
y allí cruzando el Nilo
con su agua y sus arenas
estarán como en su casa.
Volverán en primavera
a alegrarnos con sus trinos
mientras construyen el nido
con sus huevos y polluelos
que son la nueva cosecha
para completar el ciclo
de su existencia y la nuestra.
CONCHA BELMONTE
octubre de 2.023
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