LLUVIA DE OLVIDO
se me ahoga tu nombre
en medio de un olvido
que yo no he provocado.
Hoy tu nombre que nada río arriba
como nada tu cuerpo por remontarlo.
Con la lluvia del cielo y la del alma
ese nombre mojado de dolor y nostalgia
se deshace en el agua para enturbiarla
convirtiéndola en barro, en casi nada,
y reseca el dolor como una flor marchita
cuando la quema el sol que antes le dio vida.
Justo a mi alrededor sigue lloviendo olvido,
una lluvia menuda, gotas de olvido
igual a lágrimas del ojo de un pájaro sin nido,
posado en la rama más alta de algún olivo.
Todo tan diminuto como el amor
que me juraste y que nunca me has dado.
CONCHA BELMONTE
marzo de 2.023
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