ESTAS MANOS
que han dado y tomado amor,
y que siempre que han podido
consolaron afligidos
para aliviar su dolor.
Estas manos son las manos
por las que pasó la vida,
que acariciaron hermanos
y aunque el errar es de humanos,
supieron cerrar heridas.
Estas manos son las manos
que yo levantaba al sol
a ver traslucir su sangre,
y hoy parecen sólo alambre
retorcidas de dolor.
CONCHA BELMONTE
marzo de 2.009
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