AMADO Y ENEMIGO

 


 


 Mis lágrimas, tan dulces y calientes,

se funden con las tuyas salobres y frías,

y en tanto ellas se confunden, nosotros,

enemigos y abrazados, sentimos la alegría

de sabernos amantes para siempre.

Igual que enamorados que no se ven los rostros,

tan cerca nos miramos y en tanta cercanía,

no se sabe quién pueda ser el uno o pueda ser el otro.

Y de esto nada importa, al sentirnos enemigos amados.

Sentada en una roca, tu ola se levanta y me besa los pies,

sólo para que yo de tu amor pueda estar cierta,

tú queda tranquilo que yo te correspondo

y siempre te amaré hasta mi último aliento.

 

 

CONCHA BELMONTE

   diciembre de 2.023

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL VIENTO DE LA MENTE

EL DESTINO

OLVIDA TUS TEMORES