INSOMNIO
el
calor del verano, a veces, te regala el insomnio
y
allá en lo alto frente a mí había miles de estrellas,
en
un gesto infantil quise contarlas, pero eran tantas…..
Y
de pronto entendí que no era mi ventana, era más bien
la
puerta de mis sueños. Y a través de esa puerta
se
me colaban todos, unos con alas y otros sin ellas.
Entraban
ordenados, agrupados por temas,
desfilando
marciales, colocados en cuadros,
como
lo hubieran hecho las legiones romanas.
Los
que tenían alas, planeaban despacio y me dejaban ver
que
me traían inspiración y ganas
de
enseñarme a volar tan alto como ellos.
Los
que no tenían alas, sonriendo me daban a entender
que
tengo que saber que hay hermosos sueños,
no
importa su tamaño, que se pueden hacer a ras del suelo.
Y
yo emocionada quería abarcar a todos en un cálido abrazo
y
fundirme con ellos,
les
hice la promesa que todos juntos y yo con ellos,
iban
a cobrar vida, dejarían de ser sueños,
para
ser hermosas realidades,
y
la primera fue, curarme de mi insomnio.
CONCHA
BELMONTE
julio de 2.019
Comentarios
Publicar un comentario