NACER VALIÓ LA PENA

 


 

 Por muchas de estas cosas que me alimentan


y le dan a mis días razón de ser

lo mantengo y es mi deseo,

oír tu voz desgranando palabras

que únicamente tú y yo entendemos,

tener junto a la mía, la seda caliente de tu piel,

o poder ser tu consuelo  si algo te atormenta.

Sentir como mi alma hecha pedazos

rota,  por el airado acero de una mirada tuya,

que se apacigua ante mi tristeza y melancolía,

es lo que me hace saber por qué valió la pena

haber nacido y volver a nacer todos los días.

 

 

 

           CONCHA BELMONTE

              diciembre de 2.014

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL VIENTO DE LA MENTE

EL DESTINO

OLVIDA TUS TEMORES