TENGO UNA ESPINA CLAVADA
Tengo una espina clavada en mitad del corazón,
sé muy bien quien me la clava, es el desamor
leído en tus ojos mentirosos que nunca dicen verdad,
y yo tengo la esperanza de podérmela sacar
con la justicia divina, que una mano me ha de echar.
Si la justicia no ayuda, mi corazón malherido,
abogado ha de encontrar para ser bien defendido,
de muy buena calidad y me saque de este trance
en que se encuentra metido este pobre corazón,
inocente y sin motivo, y a ti te llegue el perdón
desde el Cielo justiciero, por causar tanto dolor
a mi pobre corazón, que nunca lo ha merecido,
y sin rencor sólo pido que a tí te perdone Dios.
CONCHA
BELMONTE
septiembre de 2.024
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