PARAR RELOJES
Voy parando uno a uno
los relojes de mi
casa,
en el deseo inoportuno
de detener ese tiempo que pasa,
paren o no se paren los relojes.
En el paso del tiempo los relojes no mandan
como mucho, lo miden y a veces ni eso.
Yo me miro hacia dentro y no sé lo que veo,
no sé qué es lo que quiero, si ser yo quien se pare,
o que se pare el tiempo, y pueda hacer aquello
que me hace falta a mí o que le falta al mundo.
Y por el bien del mundo, quisiera dejar hecho
antes que me haya
ido, con la conciencia limpia,
y la satisfacción de mi deber cumplido.
Ni pensar quiero que mi deber consista
en matar a Cupido.
CONCHA BELMONTE
junio de 2.023
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