EL DOLOR DE LOS DESHEREDADOS
Sigo esperando el día
en que el dolor de los desheredados
también les duela a quienes los eliminaron
del disfrute de la herencia.
Y cuando llegue ese día por hacer el reparto,
para ser repartido, sea el dolor de todos,
y entre todos logremos que ese dolor no duela
y lo convirtamos en algo tan hermoso
como todos beber en la fuente de la alegría.
CONCHA BELMONTE
marzo de 2.018
Comentarios
Publicar un comentario