ESTAR EN LA VENTANA
Es triste y tedioso estar en la ventana,
dejando que te invada la noche
sólo por compañía que no
acompaña.
A través del cristal se ve; no,
no se ve,
se siente esa oscuridad densa
que encoje el alma. La mano se
levanta
y dibuja en el vaho un corazón
pequeño
que al instante se vuelve un
corazón lloroso,
lágrimas de vaho que se
disuelve
y dejan de ser llanto para ser
nada.
Es triste y tedioso estar en la
ventana
apoyada la frente contra el
cristal,
y allá lejos, en las alturas un
resplandor
pequeño aparece de pronto dando
luz a la noche.
Poco a poco la luz se agranda
y va tomando forma de arco
diminuto
que crece y crece y cuelga como
un juguete
contra la oscuridad, y el arco
ya agrandado,
primero elipse, se hace disco
de luz suave.
Y con ello la luna vuelve a
brillar.
Y se acaba el eclipse.
CONCHA BELMONTE
enero de 2.020
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