PARA QUE NO PADEZCAS
que no me hieren tus silencios,
que tu mirada ausente no me duele,
que ese gesto de tedio poco disimulado
no me lo tomo a mal.
Con esto ya contaba y me fui vacunando.
Sabes amor lo que me hiere y de verdad me duele?
que todo lo que crees sentir por mí,
es por ti que lo sientes.
Pero de tu ceguera no puedo protegerte
aunque me duela.
Y seguirás perdido en tu ceguera.
Hasta el momento justo en que comprendas
que lo que dentro de tu pecho reconoces
como errores míos, allá
en el fondo sabes
de tu mentira inútil y te agarras a esto
como se agarra el náufrago
a lo que encuentra a mano flotando a la deriva.
CONCHA BELMONTE
marzo de 2.018
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