SIN VIVIR EN MÍ
desde que tú has llegado
pues desde que vivo en tí
mi corazón se ha colmado
de la gloria de vivir.
Y tanto me has llenado
de este ansia de sentir
que mi cuerpo desbordado
de tanto vivir en ti
sin que lo haya
deseado
te dejo salir de mí.
La noche se me convierte
en un río de suspiros
y te sales en su aire.
Este enojo y esta
rabia
la desahogo en un llanto
y te sales en mis lágrimas.
De mi piel por cada poro,
como el sudor te me escapas
y aun así me llenas tanto,
que por mucho que desborde
de tu amor sigo anegada.
CONCHA BELMONTE
diciembre de 2.019
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