DESPUÉS DE TÍ
Después de ti, no tengo nada.
Tan sólo mi dolor es sólo mío,
y aun así, es una propiedad que me posee,
que me domina, disponiendo a su antojo de mi vida,
de esta vida que veo desde fuera,
ajena, distante, poco amiga,
que me lleva y me trae por extraños caminos
sin corazón ni voluntad que participen,
temerosa de los oscuros callejones
que se abren a mi paso como bocas sedientas
de beber sentimientos robados a la vida
que ellos no vivieron;
que levantan figuras fantasmales
que avanzan y se alejan en piruetas absurdas,
que desean envolver y acallar
los ecos ya lejanos de palabras de amor,
de todas las caricias,
de aquellas ilusiones hechas realidad,
del discurrir sereno de los días
en el suave resplandor de saber cercana tu presencia,
donde gozar de tu dulce compañía.
CONCHA BELMONTE
septiembre 2.004
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