HUERTO URBANO DE VERDADES

 


 

 

Para sembrar verdades he de poner ingenio,

si quiero que florezca el huerto.

Cuando quiero tener una verdad perfecta

le voy colgando adornos de mentira

y sigue siendo verdad sólo que más coqueta.

La verdad sin adornos es sosa y fea, provoca ira

y a nadie le resulta atractiva una verdad a secas,

de su escueta presencia nadie se fía si no le pones

un lacito tramposo arco iris cuando no  llueve,

pero alegra la vista de quien la mira.

Se le cuelgan mis pequeños adornos de mentirilla

y después la coloco a quien la necesita.

A veces se atragantan quienes la escuchan,

yo suelto mi verdad tan peripuesta y me retiro.

Y desde mi rincón veo si acierto,

y cuando acierto, me digo ole

y me hago la promesa de reciclar verdades.

Y es que sembrar verdades, qué difícil resulta.

 

 

    CONCHA BELMONTE

       septiembre de 2.022

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