EL ÁRBOL DE TU VIDA

 



 A mi madre y su recuerdo

 

 

Madre, al árbol de tu vida, cuatro ramas

erguidas le brotaron. La fuerza de su sombra,

con grandes hojas verdes, nos tapó de pequeños.

Sobre nuestras cabezas, había nidos de pájaros,

traídos de tu mano para cantarnos

la mejor de las nanas. Y así aprendimos música

de pájaros y vientos, rumor de poesía en voces de poetas

inspirados en ti, en tu alma tan completa.

 El árbol de tu vida se fue secando a fuerza de dolor,

de muchas penas que fuiste sorteando con la entereza

de un ángel que el Señor mandó a la tierra

a hacerte sembradora de la bondad, de la belleza,

y de su divino Amor.

Madre, el árbol de tu vida, cumplió con su misión,

y la luz de los Cielos te alumbró con su haz.

Madre, duerme tranquila, madre, descansa en paz.

 

 

 CONCHA BELMONTE

    agosto de 2.022

 

 

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