Estoy quizás, o yo creo que lo estoy, en el país de nunca jamás. Dentro de mí pululan muchas mujeres. Me llega la voz del muezzin invitando a rezar a los fieles, soy mora y me pongo a rezar, bailo por ser gitana, me duelen los zarpazos de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada siempre pidiendo sangre, soy mestiza amerindia al pie del Amazonas, de pronto tengo alas, paso sobre los Andes, en vuelo sostenido llego hasta Europa, para ser española desde Galicia hasta el sur de Andalucía, creo estar en mi cama, aunque sigue el viaje, siempre hacia el este, por encima de Ukrania, y mis ojos se cierran de ver tanto dolor. Con mis alas dolidas, me encuentro en África mi punto de partida. Como una pesadilla, soy una mujer llorosa que clama al Cielo y le pide justicia, y una voz salida de no se sabe dónde, grita tonante: Justicia pides? Eso no existe, despierta, mujer despierta, no pidas imposibles. ...